miércoles, 28 de diciembre de 2011

No tengo palabras

Sus pasos resuenan por el pasillo, tac, tac tac, mi corazón late al mismo tiempo que sus tacones sobre el mármol. Hoy es el gran día, hoy por fin le diré a Ana que la amo, que llevo amándola mucho tiempo y que sé que ella, aunque se esfuerza en disimularlo, me corresponde. Lo sé por como brillan sus ojos castaños al mirarme de reojo cuando estamos sentados juntos, por el modo en que me acaricia con cualquier excusa y sonríe mientras se me eriza hasta el ultimo pelo del cuerpo. He esperado el momento perfecto y, queridos señores, es hoy.

Las circunstancias son perfectas porque “El Otro” hizo esta mañana la maleta, lo observé desde la puerta del dormitorio; metió dentro su pijama más grueso, sus apestosos frascos de colonia y el ordenador portátil al que no me deja ni acercarme, en fin, todos sus bártulos. Ana lo ayudó, se veía claramente que estaba deseando que se largara tanto como yo, no paraba de meterle prisa y de reñirle porque siempre lo deja todo para el último momento. Él le dio un beso fugaz antes de salir “Te llamo en cuanto llegue a Barcelona” le dijo. Es una frase de despedida vulgar y sin romanticismo. Ese patán no la trata como se merece y por eso no siento el menor remordimiento al pensar en lo que va a ocurrir esta noche. Dentro de nada. Ella cerró la puerta y clavó en mi una de esas miradas cómplices que adoro “Tenemos el fin de semana para nosotros, gordo” Me dijo antes de darme un beso en la frente, coger su abrigo a toda prisa y marcharse. El sonido de sus pasos perdiéndose a ritmo acelerado por el pasillo y después silencio.

Me he pasado toda la mañana preparando nuestra primera velada intima. Primer Paso: Ensayar ante el espejo lo que le voy a decir. Eso ha sido lo más difícil, debo reconocer para mi inmensa vergüenza que las palabras no son mi fuerte, no es que sea tímido, es que sencillamente soy torpe con ellas. En mi cabeza el discurso está claro pero de ahí a soltarlo hay un largo trecho, así que normalmente prefiero permanecer en un discreto silencio que además me hace parecer terriblemente misterioso y enigmático. “Me encantaría saber que estas pensando” me suele decir Ana a veces mirándome por encima de la pantalla de su ordenador. “En ti y solo en ti” quiero contestar yo, pero en lugar de eso aparto la vista y me hago el tonto. Esta situación ya ha durado bastante y tiene que acabar porque además cada vez soporto menos a “El Otro” Ese tipo no pinta nada en nuestras vidas y cuanto antes se vaya mejor. Invierto media mañana ensayando como un cretino delante de mi propia imagen, hasta que al final acabo cansándome de mi cara. El esfuerzo merece la pena, creo que he conseguido construir un discurso convincente, lleno de argumentos pasionales irrebatibles. La pasión, estimados colegas no puede debatirse, se tiene o no se tiene. Una vez preparados los argumentos me ocupo del Segundo Paso: acicalarme. Me gusta cuidar mi aspecto, no voy a negar que soy bastante coqueto y estoy especialmente orgulloso de mi pelo, es tan negro y suave que llama la atención, sobre todo porque siempre lo llevo impecable. “Tienes un pelo precioso” suelen decir las chicas que pasan por casa, eso y que estoy muy gordo. Esto último me parece bastante insensible ya que mi sobrepeso se debe casi en su totalidad a un reciente problema hormonal bastante grave que Ana trata de hacerme combatir mediante una dieta forzosa. Acepto este ultraje porque su
preocupación por mi salud es solo un indicio más de que siente algo por mi.
Hoy es un día crucial, así que me tomo mi tiempo y me aseo a conciencia, para la ocasión le dedico especial atención a mi aseo. Las palabras de amor pesan mucho mas si las acompaña una buena apariencia, triste pero cierto. Tercer Paso: esperar. Una vez hechos los preparativos solo queda esperar su llegada con elegante indiferencia, es el peor paso, porque estoy tan nervioso que podría ponerme a arañar todos los cojines de la casa hasta sacarles el relleno. No lo hago porque eso es mandar el feng sui al carajo y sé que Ana es devota de todas esas pamplinas, pero vamos, ganas no faltan.

Las horas se estiran perezosas y crueles hasta que, por fin, la oigo llegar. Es el momento; me siento en el sofá todo tieso, señorial y elegante como solo yo puedo estar. Añado a tan fantástica mezcla una dosis de indiferencia, que ella no sepa que la espero. Quiero que me encuentre interesante, no patéticamente desesperado, que es como realmente estoy.

Ana cierra la puerta tras de sí con un resoplido de alivio, deja las bolsas de la compra sobre la mesa y guarda el abrigo en el armario de la entrada. Esto forma parte de su ritual cotidiano de regreso a casa “Chico vaya día” me dice mientras va sacando el contenido de una de las bolsas “¿Qué te parece si cenamos prontito y nos vemos una peli?” Al oír esa pregunta sonrió para mis adentros, todo marcha según el plan. Así que ella se levanta y yo la sigo hasta la cocina. Como siempre se abre una cerveza y se sirve unas rodajas de salchichón, le gusta picar mientras va colocando las cosas en el frigorífico. El olor del embutido me encanta, es endemoniadamente tentador pero cuando intento coger un poco Ana retira el plato “Ni hablar, luego la que aguanta tus gases soy yo” Retrocedo frustrado, es cierto que el picante no acaba de sentarme bien pero no era necesario ser tan hiriente, a veces pienso que a este mujer le gusta humillarme y que yo claramente debo ser masoquista.

Con la cocina en orden llega el momento de hacer la cena. Ana abre una fiambrera con un poco de arroz con pollo de hace un par de días, olisquea su contenido un segundo y después arruga la nariz “¿Te apetece?” me dice mostrándome el contenido del cacharro. Eso es lo que me gusta de ella, cuando “El Otro” no está siempre me ofrece cosas exquisitas para comer, me guarda los mejores bocados, autenticas delicatessen. Estos mimos son una prueba más de que es a mí a quien ama, ya que a “El Otro” jamás le hace semejantes ofrecimientos. Cenamos, yo arroz con pollo, ella una repugnante ensalada de hierbajos purgantes. Le encantan esas guarradas, hasta miga pan en el aceite que queda en el bol mientras dice “No debería comer tanto pan, pero un día es un día” Dijo lo mismo ayer y antes de ayer, a mi me parece que su saludable apetito es solo uno de sus muchos encantos pero esta claro que no opinamos lo mismo al respecto. Recogida la mesa sacamos un extraño montón de cosas para picar, desde gominolas hasta nueces. Solemos hacerlo siempre que estamos solos, nos hinchamos de comer porquerías y al día siguiente los dos nos despertamos con el estomago hecho polvo y jurando que nunca más. Una vez reunido nuestro pequeño y extravagante banquete, nos acomodamos y elegimos la película, hoy toca “El violinista en el tejado”. Ana se sabe de memoria todas las canciones.

Aquí estamos los dos, sentados en el sofá delante de la televisión, ella canturrea y yo la contemplo sin atreverme casi a moverme. Estoy a punto de declararme en dos ocasiones pero me falta valor. ¡Es tan trascendental este paso que quiero dar¡ ¿Qué haré si me dice que no? Querré morir y desde que pusieron las mosquiteras en las ventanas lo del saltar al vacío es francamente difícil. La observo encandilado: su suave pelo oscuro. No es tan suave como el mío pero si mucho mas largo, sus delicados labios ocupados en tararear, los dedos finos que tamborilean sobre el tapizado del sofá... Estoy prendado de ella y debe saberlo. Me aclaro la garganta y empujo las palabras hasta la punta de la lengua. Entonces ocurre algo raro de verdad, Ana se levanta del sofá de un salto, alza los brazos y se pone a dar vueltas por el salón como un derviche borracho:

If I were a rich girl,
Ya ha deedle deedle, bubba bubba deedle deedle dum.
All day long I'd biddy biddy bum.
If I were a wealthy girl.
I wouldn't have to work hard.
Ya ha deedle deedle, bubba bubba deedle deedle dum.
If I were a biddy biddy rich,
Yidle-diddle-didle-didle girl.

Da saltitos sobre la alfombra con un envidiable entusiasmo, desafina con énfasis, esta despeinada y sonríe bailando con un acompañante invisible. Decido que yo debo ser ese acompañante y me lanzo tras el vuelo de su bata contagiado con el entusiasmo del momento. Bailamos mientras el extraño hombre barbudo de la tele alimenta a sus gallinas y canta para nosotros. Trato de seguir el ritmo de Ana pero ella me torea y se ríe de mis intentos por alcanzar su bata. “Venga colega” me anima muerta de risa “échale huevos”. Creo que esta chica a veces olvida que por su culpa desde hace cuatro meses no le puedo echar huevos a nada, pero el juego de las vueltas me entretiene y decido no molestarme por el comentario. La película se convierte en una fiesta, cada vez que toca una canción animada saltamos y damos vueltas sobre la alfombra hasta caer agotados, nos miramos a los ojos y ella me besa la nariz “Eres el mejor amigo del mundo” Una mierda amigo, los días de amistad se acabaron, en cuanto acabe la mandanga esta le suelto la charla.

Entenderéis que durante el resto de la película ando con los nervios a flor de piel, entre la trascendencia del momento y una mosca que se pasea por el salón (lo que me obliga a perseguirla por todas partes, porque tengo una sería compulsión por los pequeños objetos en movimiento) paso un par de momentos altamente tensos. Ya estoy harto de estos cantarines que se pasean por la pantalla, harto del ensimismamiento de Ana que hace un rato que ha perdido el interés en mí y sobre todo, harto, hartísimo del goteo del grifo del fregadero que parece que solo lo escucho yo. Pequeños detalles como estos hacen que el instante más sublime se quede al triste borde de la mediocridad, no hay nada más cutre que lo cotidiano. Mi alma es poética por naturaleza, no puedo soportar la imperfección en los momentos álgidos de mi existencia. Decido esperar a que Ana esté más centrada, a que la mosca se vaya a tomar viento y a lograr olvidarme del goteo del grifo…Se me ocurre que voy hacer una locura magnifica, tal vez un poco excesiva, que demonios, no todos los días se le declara uno a la mujer que ama.

La película acaba, Ana se suena la nariz emocionada por el final agridulce y el triunfo del amor en circunstancias adversas. “Ya te daré yo amor” pienso mientras la observo secarse los ojos con la manga de la bata.

Ana apaga la tele, se mete un kleenex en el bolsillo, aumentando de este modo la colección de papel usado que guarda en ellos con la vil excusa de que destrozo las servilletas. No es cierto, solo jugueteo con ellas porque tengo impulsos creativos. Se levanta del sofá con un pequeño y adorable bostezo, se estira, se rasca la espalda. El momento, mi momento.

Como siempre me cierra la puerta del baño en los morros, puedo escuchar su ritual de aseo nocturno, el cepillo de dientes eléctrico que tanto repelús me da, la cancioncilla que tararea mientras se pone sus cremas, el correr del agua de la cisterna. No podéis tacharme de voyeur por este espionaje, técnicamente no estoy viendo nada, solo escucho y no me hace falta ni pegar la oreja a la puerta, Ana es muy escandalosa.

Me escondo detrás de la puerta de su dormitorio antes de que salga. La veo acercase a la cama y quitarse la bata, lleva ese pijama de felpa rosa que hace estática cuando me acaricia y me pone los pelos de punta. Odio ese pijama, se lo arrancaría a mordiscos, lo juro, al menos las mangas. Se mete en la cama haciendo un ruidillo acogedor con las sabanas. Es bastante tarde así que no se va a poner a leer, apaga la luz y entonces yo me deslizo silenciosamente por la habitación, salto encima de la cama. Me pego al calor de su cuerpo, al perfume a listerine de su aliento. Ana se sobresalta, pero en lugar de darme una patada y echarme que es lo que hace “El Otro” me hace un hueco junto a ella y me pasa la mano por el cuello, la baja por mi espalda una y otra vez. Cierro los ojos y me dejó arrastrar por la dulzura de sus caricias sobre mi cuerpo. Es ahora o nunca, tengo su cara tan cerca…Tengo que decírselo, tengo que soltar todos estos sentimientos o explotaré, moriré de amor inútilmente acumulado. Separo los labios, cojo aire, me concentro en las palabras. No puede ser tan difícil, ellos dos eso de hablar lo hacen constantemente y muy listos no es que sean. Entonces Ana se pone a rascarme la barriga y el apocalipsis de la dialéctica se cierne sobre mí. Adiós discurso brillante, adiós a las frases elevadas, a los radiantes sentimientos, adiós a todo.

Descubro que no tengo palabras.

Simple y llanamente no soy capaz de hablar, en su lugar me pongo a ronronear como si tuviese dos meses y después se me escapa un maullidito de placer totalmente ridículo y fuera de lugar. Glorioso, otra vez la he fastidiado.

Ana me coge en brazos y me deja acurrucarme bajo las sabanas, junto a ella y su pijama de felpa, me da besitos entre las orejas y me acaricia la barbilla. El paraíso, queridos amigos, es esto. Por cosas así la amo hasta tal punto que le perdono haberme castrado.
Eso si, en cuanto se duerma me meo en el lado de la cama de “El otro”

N.

miércoles, 21 de diciembre de 2011

Entrevista al grupo fundador de Bibliofórum



1- Presentaos brevemente

José Mª Carrasco Soriano.- Nací en 1968 y soy por formación un maestro de escuela. Me considero un inculto a numerosos efectos aunque; no obstante, me gusta leer, escribir, casi todo lo que tiene que ver con narrar historias, e intercambiar impresiones sobre todo ello. En 2005 y para mi más absoluto asombro se llegó a publicar mi primera novela: Capitán Nadie, publicada por Edebé en su colección juvenil: Periscopio. Cuenta Capitán Nadie la historia de un animador de fiestas infantiles que, vestido de superhéroe, detiene a un atracador por casualidad, y es meteóricamente afamado por el circo mediático social que todo lo enmarca. Para incremento de mi perplejidad, Capitán Nadie fue acogida como obra de interés pedagógico y utilizada en centros docentes. Está recomendada por el Centro Andaluz de las Letras e incluida en su catálogo para actividades de fomento de la lectura mediante encuentros entre autores y lectores. Capitán Nadie y su secuela, El Regreso del Capitán Nadie (Edebé 2008) también se integran desde hace algunos años en el programa, El Placer de Leer, de la Diputación de Sevilla.
Juan Antonio Caro Cals.- 33 años, nacido en Sevilla, profesional libre, arquitecto. Mi afición a la escritura me nace a los nueve o diez años y, desde entonces, vengo narrando aventuras en torno a los temas que me interesan: Historia, Prehistoria, Arqueología y Urbanismo Antiguo. Mi primera publicación, Señores de Godos (Editorial Jirones de Azul, 2009) es una historia de aventuras y una crónica que trata de recrear con rigor documental el período de la primera mitad de la Alta Edad Media en la Península Ibérica. Actualmente, preparo una pequeña gran historia de humor, amor y desvaríos sobre el mundo de las bibliotecas.
Francisco de Paula Pérez de la Parte.- Con casi 35 años, soy ingeniero informático en informática de gestión de profesión pero soñador compulsivo de vocación. Todo en esta aventura literaria que recién comienzo carrera se ha venido dando como una suerte de viaje extraño y maravilloso en el que apenas parece que yo haga otra cosa más que ver y disfrutar. Empiezo a leer y comienza la travesía, con 18 años decido soñar en la voz alta que me proporcionan mis propias palabras de tinta, y a partir de ahí y hasta la fecha en que me es otorgado el XXVI Premio Jaén de Narrativa Juvenil, en 2010, por mi Crónicas de Dracontrand: El guerrero elfo, mi relación con la literatura se convierte en un laboratorio de ensayo e investigación que a día de hoy no deja de funcionar ni siquiera cuando duermo. En la actualidad, con mujer y dos hijos, el tiempo que puedo dedicar a esta pasión (ya no tan) secreta y arrebatadora es muy, muy poco, mucho menos de lo que desearía, por ello aún descansan en el limbo de las ideas no escritas varias novelas de ciencia ficción, algunas historias de suspense/terror y más de la mitad de mi proyecto dracontrasiano. Dejar de escribir, nunca creo que lo haga. Dejar de leer, tendrían que obligarme. Dejar de soñar, jamás hasta que muera.
Concepción Perea Gómez.- 33 años, licenciada en Conservación del Patrimonio, profesional libre. He tenido tantos empleos que si hago lista no acabo, aunque lo que más me han gustado siempre han sido los relacionados con el mundo editorial: traducción y lectura editorial sobre todo. En el 2010 realicé un Máster en Creación Literaria por la Universidad de Sevilla. De un modo u otro siempre he tratado de estar ligada a mis dos pasiones: leer y escribir. En 2008 empecé a escribir un blog “La Corte de los Espejos” para poder compartir mi pasión por el folclore celta y la mitología faérica nórdica y británica con algunos amigos. Y de aquella recopilación de cuentos e historias acabo surgiendo el proyecto de mi primera novela, una historia de hadas bastante atípica.

2- En primer lugar ¿De dónde surge la idea y por qué este nombre?

Pepe.- Supongo que las tertulias son tan viejas como la capacidad de hablar. Organizarlas en torno a la literatura no es precisamente original, pero sí lógico. El acto de escribir y de leer es extraordinariamente íntimo, pero sin duda alcanza su máxima significación social cuando se comparte. Supongo que nos apetecía ¿No salió la idea de Francisco de Paula? Ahora ya ni lo recuerdo, aunque en El Dirigible buscaban ampliar el alcance de las actividades culturales de la asociación, y eso sin duda sumó motivos para que terminásemos reuniéndonos.
¿Bibliofórum? Supongo que es reflejo de la búsqueda de una palabra que sugiriese amor por los libros, por reunirse en torno a ello, y por declarar un cierto grado de informalidad dócilmente estrafalaria.
Juan Antonio.- La idea de Bibliofórum surge del deseo de cuatro jóvenes autores sevillanos de reunirnos para intercambiar ideas, propuestas y proyectos en torno a la producción literaria, y así ayudarnos mutuamente a crecer como autores y a promocionarnos. En febrero de 2011, la Asociación Cultural el Dirigible nos invitó a llevar a cabo la actividad de la Casa de las Sirenas, en la Alameda de Sevilla. Desde septiembre de 2011 desarrollamos nuestros encuentros en la sede del CICUS, la antigua Escuela de Comercio, en la calle Madre de Dios, nº 1, en Sevilla.
El término "Bibliofórum" pretende reflejar la idea de foro abierto o lugar de reunión para todo el que de algún modo siente interés por el mundo de los libros.
Francisco.- La idea nace de la inquietud que a todos nos produce el amor profundo y sincero por los libros, tanto las historias que contienen como las diferentes formas de contarlas que en ellos se atesora. Bueno, también de una de las preguntas más poderosas (y peligrosas) del mundo: ¿Y si…? Que en nuestro contexto geográfico vino a ser un “Oye, ¿por qué no quedamos para charlar sobre literatura?”, alguien añadió “¡Y podemos invitar a más gente!”, momento en el que yo dije (y si no lo dije, seguro que lo pensé) “Cuantos más seamos, más nos reiremos”. Meses después, aquí estamos, con un buen puñado de amigos, algunos nuevos, otros antiguos, echando unos ratos magníficos a la luz de la palabra escrita. Respecto al nombre, su origen solo podía provenir de una fuente: el consenso. Si algo nos caracteriza por encima de todas las cosas es la participación y la creatividad. Surgieron varios, se votó y salió este: así somos y así queremos ser.
Concha.- He sido la última en unirme al proyecto. Conocí a mis compañeros gracias a Mamen de Zulueta que fue quien nos presentó. Para entonces ellos ya tenían en pie un proyecto muy firme, muy atractivo. Fue fantástico que me animasen a unirme. Hacía tiempo que buscaba una actividad original y participativa. El Bibliofórum une esas dos características, no se trata de hablar sobre un libro como se hace en los clubs de lectura sino de literatura en general y de compartir vivencias entre escritores y lectores de una manera abierta. Es un intercambio de impresiones muy enriquecedor.

3- Sabemos que Bibliofórum es un encuentro entre autores y lectores, habladnos un poco de estos encuentros: periodicidad, sus contenidos, las personas que componéis la mesa, si vais a tener invitados, etc…

Pepe.- Por el momento viene a ser mensual. El espíritu es compartir el amor por la literatura y por todas sus ramificaciones. Juan Antonio Caro, Francisco de Paula, Concepción Perea y yo hemos sido los primeros impulsores, sin olvidar a Manuel Magno de El Dirigible. Los contenidos hasta ahora han ido desde los aspectos más íntimos de la percepción de la literatura, hasta a su dimensión como negocio por demanda, así que supongo que hemos empezado trazando un marco muy amplio como declaración de intenciones. La composición de la mesa varía en función de muchas cosas, vienen amigos relacionados con los temas que tratamos.
Juan Antonio.- Nos reunimos una vez al mes. Invitamos a otros autores, a profesionales del mundo editorial y a todos los lectores que con su experiencia y sus puntos de vista, sean comunes o distintos a los nuestros, aportan el enriquecimiento que vamos buscando. Cada reunión aborda un tema: “Libros que han marcado nuestra trayectoria”, “Nuestra manera de abordar la creación de una nueva obra”, “El texto entre párrafos” o “La literatura como vehículo de viaje”. En los últimos encuentros hemos hablado de “Personajes literarios”, sobre todo de aquellos que con sus imperfecciones nos resultan más cercanos, y sobre el Terror en compañía de Jesús Cañadas como invitado.
Francisco.- El grupo Bibliofórum desarrolla de manera periódica dos actividades diferenciadas, y lo viene haciendo (salvo causa de fuerza mayor, pero muy mayor) de forma mensual. En ambas reina un ambiente distendido, un espíritu común por compartir y una alta participación por parte tanto de público como de la mesa de ponencia. Por un lado, está lo que llamamos Bibliofórum CICUS, que se desarrolla en un ambiente más cuidado, con proyecciones, iluminación acorde, lecturas dramatizadas y escucha de grabaciones de corte literario. Simultáneamente desarrollamos un Concurso trimestral de creación literaria cuyo fallo final (tras una selección previa de los micro relatos finalistas) se somete a votación entre todos los presentes. Por otro lado tenemos nuestro Desencuadernando Mitos en Casa del Libro, que es una reunión todavía más cercana en la que abordamos la literatura desde un enfoque temático.
Concha.- Es mensual, eso da tiempo de preparar temáticas, buscar colaboración de otros autores...etc. Hace poco decidimos dar un paso más allá y crear un blog: biblioforumsevilla.blogspot.com. De este modo podemos recoger opiniones y sugerencias. Para convertir los encuentros en una experiencia aún más participativa. Creemos que es la mejor manera de hacer crecer el proyecto y convertirlo en algo realmente plural. Los blogs son una herramienta de difusión muy interesante. Personalmente tengo muchas ganas de ver cuánto puede dar de sí el nuestro. Animamos a todo el mundo a participar, a opinar, a aportar, porque eso es lo que hace interesante este proyecto.

4- ¿Qué quiere aportar o qué quiere ser Bibliofórum?

Pepe.- Personalmente hace tiempo que asumí que las cosas nunca discurren como uno imagina, ("Si quieres hacer reír a Dios, cuéntale tus planes") así que lo que me gusta plantear es pasar un buen rato, aprender, charlar, intercambiar impresiones, conocer gente y, naturalmente, no ocultaré (sería un cínico ya sólo en el intento) que espero que nos ayude a divulgar nuestra existencia como escritores, y la de nuestras obras, claro.
¿Ambiciones del proyecto? Sí, claro. Pero yo no sabría concretar o trazar un rumbo. Creo que si somos perseverantes y lo hacemos bien, nos aportará algo. Ya están acudiendo personas interesantísimas. Algo de cierto hay en la frase: "Si lo construyes, vendrán"; ya lo creo que vienen, y personas maravillosas.
Con suerte, Bibliofórum será un benigno mar de los Sargazos donde irán quedando "atrapados" autores de cualquier disciplina narrativa (ya tenemos directores de cine como Antonio Roda) lectores, obras, ideas y, como una broma amable más del destino, tal vez perduremos donde más merece la pena: en la memoria.
Juan Antonio.- Bibliofórum es un lugar de crecimiento. No es un club de lectura, una tertulia o una charla-coloquio. Bibliofórum será lo que queramos. Somos flexibles y estamos abiertos a nuevos enfoques. Las claves que manejamos son la cercanía, el intercambio de cultura y el deseo de expresión. A partir de ahí, todo es posible.
Francisco.- Como grupo solo pretendemos una cosa: participar de un espacio común en el que cualquiera (sí, cualquiera) pueda compartir, aprender, descubrir y profundizar en el mágico y cuasi-milagroso misterio que envuelve al momento en que un escritor se desprende de un libro para dejarlo en manos de un lector. Ese momento trascendente en que la realidad que es la escritura cambia y se transforma, por obra y gracia de la imaginación de ambos en conjunto y colaboración, convirtiéndose en algo capaz de llenar un corazón, enseñarnos, subyugarnos, liberarnos, emocionarnos y fascinarnos más allá de lo que somos capaces de imaginar.
Concha.- Con el Bibliofórum se ha creado un tipo de encuentro que no existía hasta ahora en Sevilla, porque no se trata de dar charlas o hacer difusión, sino de una experiencia compartida en torno la experiencia de leer y escribir. No pretendemos sentar cátedra sobre nada, al revés, para nosotros lo importante es que aprendemos algo nuevo en cada sesión. Es un encuentro dinámico que está dispuesto a ir creciendo y cambiando con el tiempo. Somos adaptables y eso nos ofrece muchísimas posibilidades. El tiempo dirá hasta donde somos capaces de llegar.

Redactora: Covadonga Bernaldo de Quirós Márquez.

jueves, 8 de diciembre de 2011

Citas de Diciembre

- Viernes 9 de Diciembre a las 19:00 en la Calle Madre de Dios, nº 1, Sevilla, en el Centro de Iniciativas Culturales de la Universidad de Sevilla. Bibliofórum CICUS. En esta ocasión versará sobre el terror y nos acompañará en calidad de invitado especial el autor gaditano Jesús Cañadas, autor de “El Baile de los Secretos”, una novela del llamado nuevo terror publicada por Grupo AJEC que ya está dando mucho que hablar.

- Viernes 16 de Diciembre, 21:00. El Gusanito Lector, C/ Feria 110, Sevilla. Vamos a mantener una interesante tertulia sobre la literatura navideña.

-Sábado 17 de Diciembre, 17:00. Feria del Libro de Dos Hermanas, stand de la Biblioteca Pública Municipal de Dos Hermanas.